ropa de verano

Prendas básicas para el verano: Frescura y estilo

Cuando inicia la época de calor, lo último que queremos es pasar horas pensando qué ponernos. Y ahí es donde los básicos entran a salvar el día. El verano es ese momento en que todo se relaja un poco: los horarios, los planes… y también la ropa. No se trata de tener mil opciones, sino de tener las correctas. Prendas frescas, cómodas y con las que puedas armar un look cool sin sudar en el intento (literalmente).

Menos drama, más ropa que funcione. Apostar por menos piezas, pero mejor elegidas, te da libertad para viajar o simplemente disfrutar del día a día, sin sentir que necesitas un outfit diferente. Los básicos son tus mejores aliados para eso: versátiles, frescos y atemporales.


Tejidos que dejan respirar (y no sofocan)

En verano, el tejido lo es todo. Elegir bien el material marca la diferencia entre un look que se ve bien, pero incómoda, y uno que de verdad se siente bien todo el día. Por eso, las fibras naturales son la mejor elección: respiran contigo, no se pegan al cuerpo y tienen una caída mucho más favorecedora que las telas sintéticas.


Algodón: Transpirable, suave, fácil de cuidar y siempre confiable. Las camisetas de algodón son un básico obligatorio, pero también lo son los pantalones livianos o los vestidos sencillos para el día a día. Es una tela que acompaña bien cualquier plan de verano, desde una caminata hasta una salida improvisada.


Lino: Ligero, elegante y con esa textura arrugada que no se pelea con el estilo. Una camisa de lino abierta sobre una camiseta básica, un pantalón amplio o incluso un blazer relajado son opciones que te mantienen fresco sin perder el toque pulido. Si hay una prenda que transforma cualquier look, seguro es de lino.


Batiste o muselina de algodón: Dos tejidos ultralivianos que casi no se sienten sobre la piel. Funcionan increíble en climas muy calurosos y son ideales para blusas amplias, túnicas o vestidos fluidos. Son esa capa suave y delicada que suma movimiento al outfit sin agregar peso ni calor.


Estos materiales no solo te mantienen fresco, también le dan textura, naturalidad y un aire más auténtico a tus combinaciones. Cuando el clima sube, menos es más… pero con buena tela, todo mejora.



Colores y cortes

Cuando sube la temperatura, lo ideal es optar por una paleta clara: blancos, beige, crudos, tonos pastel o colores tierra suaves. Estos reflejan la luz y dan sensación de frescura.


En cuanto a las siluetas, lo mejor es soltar un poco. Prendas amplias y cortes rectos. No se trata de esconder el cuerpo, sino de dejar que respire. Un pantalón de lino con tiro medio, una camisa oversize o un vestido fluido hacen toda la diferencia sin perder estilo.



Prendas que no pueden faltar en tu verano

Para mujer:


Camiseta blanca de algodón: El punto de partida de casi cualquier look. Fresca, fácil de combinar y perfecta para usar con faldas, shorts o pantalones sueltos.  


Camisa de lino neutra (blanca, beige o celeste): Una aliada que eleva cualquier outfit. Puedes usarla cerrada, abierta sobre un top, o incluso anudada para un toque más relajado. 


Shorts de lino o algodón: Livianos y funcionales. Van con tops, camisetas o blusas sueltas, para usar durante los días más calurosos. 


Vestido: Fácil, fresco y femenino. Ideal para armar un look completo con una sola prenda. Súmale sandalias y un bolso para un look perfecto. 


Pantalón fluido: Ideal para los días de más brisa o para las noches frescas.  


Falda midi: Versátil y estilizada. Perfecta para eventos informales o una salida casual. 


Sandalias: El calzado salvavidas del verano. Opta por tonos beige, camel o negro para que combinen con todo.


Para hombre:


Camiseta básica de algodón (blanca, gris o beige): Úsala sola o bajo una camisa abierta. Es el tipo de prenda que no necesita explicación.


Camisa de lino manga corta: Suma estilo sin dar calor. El lino aporta elegancia relajada, ideal para días de calor con un toque más arreglado.


Bermudas de algodón o lino: Livianas, funcionales y frescas. Van con camisetas o camisas según el plan.


Pantalón: Ideal para noches de brisa o climas menos húmedos. Combina bien con camisetas y camisas sueltas. 


Camisa de manga larga en lino o popelina: Perfecta para un look un poco más formal. Puedes remangar las mangas para un look más relajado.



Pequeños toques, gran diferencia

Tener un armario ligero no significa que todos tus outfits se vean iguales. Con los detalles correctos, puedes elevar cualquier conjunto sin esfuerzo. Se trata de sumar con intención, no por llenar.


Accesorios: Un sombrero de ala ancha, gafas de sol clásicas o una tote bag de tela natural pueden transformar cualquier look.


Capas livianas: En vez de sobrecargar, una camisa abierta, un kimono delgado o una chaqueta de lino pueden sumar textura y estructura al look sin dar calor.


Calzado: Tenis blancos o sandalias en tonos tierra son claves porque van con todo.


Cuidado personal: Un peinado sencillo, un rostro fresco y un labial sutil pueden cerrar tu look sin que parezca que intentaste de más. Estar arreglado no es lo mismo que estar recargado.


Menos prendas, más posibilidades

El verano no se trata de acumular, sino de elegir bien. Con un pequeño grupo de básicos bien pensados, puedes crear combinaciones que se sienten auténticas, cómodas y frescas todos los días.


En OSTU, el estilo está en lo simple. Un look relajado combina funcionalidad, diseño y autenticidad. Así que este verano, no compliques lo que puede ser fácil. Vístete ligero, pero con intención. Y que el calor nunca te robe el estilo.



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